En temas de sueldos y prestaciones, solemos mirar el salario base y los impuestos que se retienen. Pero hay un terreno estratégico que muchas empresas aún no aprovechan del todo: los ingresos exentos de ISR.
Estos conceptos permiten ofrecer beneficios sin que el trabajador pague Impuesto Sobre la Renta por ellos, lo que genera ahorros tanto para el colaborador como para la empresa.
Conocerlos y aplicarlos bien puede marcar una diferencia real en tu estrategia de compensación.
Los ingresos exentos de ISR son percepciones que, de acuerdo con la Ley del Impuesto sobre la Renta, no generan obligación de pagar este impuesto hasta ciertos límites.
Entre ellos están el aguinaldo, prima vacacional, fondo de ahorro y otros beneficios comunes.
Para las empresas, representan una oportunidad clave: permiten mejorar el ingreso neto del trabajador sin elevar tanto la carga fiscal.
Cuando se diseñan correctamente, estos esquemas son una forma legal y efectiva de hacer más competitivo tu paquete de compensaciones.
Está exento hasta por 30 UMAs al año (aprox. $3,300 MXN en 2025).
Lo que exceda ese monto, sí se grava.
Exenta hasta el 25% del salario correspondiente a los días de vacaciones.
Exenta hasta un 50% del salario base diario.
Siempre generan ISR e IMSS, incluso si se mantienen dentro de ciertos topes.
Es un error común considerarlos ingresos exentos de ISR.
Exento si no rebasa el 13% del salario anual y si el patrón aporta el mismo porcentaje que el colaborador.
Debe cumplir con condiciones específicas.
Conocer bien estas reglas permite diseñar esquemas más eficientes y evitar errores en la nómina.
Aplicar correctamente los ingresos exentos de ISR no es cuestión de intuición:
requiere cumplir con criterios fiscales muy claros. Para evitar sanciones o problemas con el SAT, es clave:
Un mal cálculo puede implicar multas, créditos fiscales o auditorías inesperadas.
Por eso, más que un detalle contable, este tema es una decisión estratégica de cumplimiento y eficiencia.
Aplicar correctamente los ingresos exentos de ISR puede ser una de las formas más inteligentes de mejorar la compensación sin disparar el costo laboral.
Beneficia al colaborador —que recibe más ingreso neto— y a la empresa —que controla su carga fiscal—.
En un contexto de mayor fiscalización electrónica y reformas constantes, usar bien estas exenciones no es opcional: es parte del juego empresarial moderno.
Y si estás buscando formas de mejorar la compensación sin elevar la carga fiscal, considera implementar prestaciones superiores a las de la ley que también son deducibles, como los vales de despensa, uniformes o incentivos.