En un entorno donde la estabilidad económica pesa tanto como el salario, el fondo de ahorro se ha convertido en una de las prestaciones más valoradas. No es obligatorio por ley, pero sí una decisión que habla de visión a largo plazo.
Este beneficio fomenta la disciplina financiera, mejora el compromiso del equipo y ofrece ventajas fiscales tanto para la empresa como para el colaborador.
Es un plan voluntario en el que tanto el colaborador como la empresa aportan un porcentaje del salario. Ese dinero se guarda durante un periodo y se entrega en una sola exhibición (usualmente al cierre del año o al finalizar la relación laboral).
Es importante recordar que esto no es un bono, es un ahorro compartido con reglas claras y beneficios apreciados por todos los colaboradores.
Aunque el fondo de ahorro puede sonar complejo, su lógica es sencilla: acordar, aportar, administrar y entregar.
Cada paso tiene reglas claras y objetivos bien definidos que aseguran que tanto la empresa como el colaborador obtengan beneficios reales.
A continuación, te explicamos cómo funciona este mecanismo en cinco pasos esenciales:
Trabajador y empresa definen un porcentaje de aportación (hasta 13 % del salario).
El colaborador acepta la retención y la empresa aporta lo mismo (o más, si así lo decide).
Puede ser interna o a través de una institución financiera confiable (Afore, banco, aseguradora).
Si el fondo se invierte correctamente, puede generar un extra al final del periodo.
Se deposita al trabajador en la fecha acordada, junto con los posibles intereses acumulados.
Un buen fondo de ahorro no solo beneficia a quien lo recibe, también fortalece a quien lo otorga.
Esta prestación crea un equilibrio inteligente entre bienestar personal y eficiencia organizacional. Tanto colaboradores como empresas obtienen ventajas concretas cuando se implementa de forma correcta.
Aunque no es obligatorio, el fondo de ahorro está regulado por:
Para mantener la exención fiscal, las aportaciones deben ser:
Implementar un fondo de ahorro no es complicado, pero sí requiere intención y estructura.
El fondo de ahorro no es una moda ni un “extra bonito”.
Es una estrategia de bienestar que habla de cultura financiera, visión organizacional y empatía real con tu equipo.
Si buscas retener talento, construir confianza y obtener beneficios fiscales, este fondo puede ser una de las cartas más inteligentes que tienes sobre la mesa.