Optimizar la carga fiscal es una estrategia clave para cualquier empresa que busca eficacia y cumplimiento normativo. Y para ello, los vales de uniforme (o “vales de vestimenta”) son una de las herramientas más eficaces, ya que, además de cubrir una necesidad operativa esencial- ofrecen importantes ventajas fiscales.
Los vales de uniforme son una prestación que la empresa ofrece a sus colaboradores, con el fin de que estos obtengan los uniformes de trabajo reglamentarios de forma fácil y segura (puede incluir ropa, calzado, o alguna prenda especifica necesaria para el cumplimiento de sus labores).
Los vales de vestimenta ofrecen ventajas fiscales, tanto para las empresas como para los trabajadores. Las principales ventajas incluyen:
Esta es una de las ventajas fiscales clave, ya que los mismos no se integran al salario base de cotización ante el IMSS (siempre que se destinen exclusivamente a cubrir el uso obligatorio de ropa de trabajo).
Cuando los vales de uniforme cumplen con los requisitos fiscales, el gasto realizado por la empresa puede ser deducible en el Impuesto Sobre la Renta (ISR), de acuerdo con lo establecido en el artículo 25, fracción I de la LISR). Es decir, puede reducirse de la base gravable al momento de calcular el impuesto a pagar, lo que permite optimizar los recursos.
Los vales de uniforme no representan ingreso gravable para el trabajador, siempre que los mismos se destinen exclusivamente a la adquisición de indumentaria de trabajo (según señala el Artículo 93, fracción XVII de la LISR, el cual establece que los ingresos en especie que tengan carácter de herramientas de trabajo están exentos).
Por lo tanto, al no generar una carga tributaria para el trabajador, este recibe un beneficio directo que no afecta su percepción neta, lo cual se traduce en un aumento de su poder adquisitivo y en mayor satisfacción laboral.