Los vales de despensa son una de las prestaciones más populares en México. Pero su tratamiento fiscal es delicado.
Y entender las diferencias entre vales de despensa exentos y gravables puede ayudarte a evitar errores que afecten tanto a tu empresa como al ingreso neto de tus colaboradores.
Los vales de despensa son una prestación no salarial que permite a los trabajadores adquirir productos básicos como alimentos, higiene o artículos de uso personal.
Cuando se administran bien, ofrecen beneficios tanto para la empresa como para el colaborador. Pero si no se entienden bien las diferencias entre vales de despensa exentos y gravables, se corre el riesgo de integrarlos erróneamente al salario y generar cargas fiscales innecesarias.
Los vales de despensa exentos son aquellos que, al cumplir con los criterios fiscales y de previsión social establecidos por la ley, no generan ISR ni cuotas al IMSS para el trabajador.
Conservar este estatus depende de seguir al pie de la letra ciertas condiciones:
Cuando se cumplen todos los requisitos, el vale de despensa se considera exento:
no genera impuestos para el colaborador, y es deducible hasta en un 53% para la empresa.
Aquí es donde las diferencias entre vales de despensa exentos y gravables se hacen más evidentes.
Un vale se vuelve gravable cuando no cumple con uno o más de los requisitos anteriores.
Esto implica:
Además de afectar la carga fiscal, puede deteriorar la percepción del beneficio entre el personal.
Las empresas suelen caer en errores que, aunque parecen menores, cambian por completo el tratamiento fiscal del vale:
Evitar estos errores es clave para mantener los beneficios fiscales asociados a los vales.
Las empresas deben alinear su operación con lo que establece el SAT, el IMSS y la Ley del ISR.
Una forma de lograrlo es trabajar con un proveedor especializado como Up Sí Vale, que ofrece soluciones como:
Con esto, puedes garantizar que tus vales de despensa no se vuelvan gravables por error operativo.
Las diferencias entre vales de despensa exentos y gravables no son una cuestión técnica:
son una decisión estratégica que puede proteger o complicar la compensación de tu equipo.
Otorgar vales correctamente estructurados mejora la percepción del ingreso, reduce la carga fiscal y fortalece tu propuesta de valor como empleador.
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